EUR/USD por debajo de la paridad…¿Y ahora?
El euro ha caído con estrépito por debajo de la paridad con el dólar, su nivel más bajo en 20 años. Esta tendencia descendente del euro frente al dólar comenzó en mayo del año pasado, pero se ha acentuado desde la invasión rusa de Ucrania en febrero. A principios de año, 1 euro valía 1,15 dólares. Sin embargo, en el momento de escribir este artículo, la moneda única europea ya ha tocado mínimos en 0,9553 dólares, su nivel más bajo en más de dos décadas.
Comprendamos entonces las razones y las consecuencias de este acontecimiento.
¿Qué significa que el euro esté por debajo de la paridad con el dólar?
En primer lugar, es importante entender que las divisas cotizan en el mercado Forex. El mercado Forex es un mercado mundial de intercambio de monedas nacionales entre sí. Es decir, el valor de una moneda está expresado en otra moneda.
Por ejemplo, si el EUR/USD se aprecia significa que el euro se está apreciando frente al dólar, es decir, que el dólar se está depreciando frente al euro. Por el contrario, si el EUR/USD se deprecia, el euro se deprecia frente al dólar, lo que significa que el dólar se aprecia frente al euro. Siempre es una moneda contra la otra.
Así, cuando el EUR/USD cotiza a 1,20, significa que con 1 euro podemos comprar 1,20 dólares. Es decir, estaríamos por encima de la paridad en este par de divisas..
Cuando hablamos de paridad en el par de divisas EUR/USD, significa que el euro y el dólar estadounidense valen lo mismo, es decir, que 1 euro equivale a 1 dólar. No es más que un valor psicológico para los agentes del mercado, que son bien conocidos por su predilección por los números redondos. El nivel de paridad suele ser un punto de soporte/resistencia en el que compradores y vendedores libran «batallas» para determinar hacia dónde se moverá la divisa a partir de ahí.
Pero atención, en el momento de escribir este artículo, el par de divisas EUR/USD ya está por debajo de 1,0000, es decir, está por debajo de la paridad. Esto significa que en este momento 1 euro vale menos que 1 dólar americano. Asumiendo la tasa mínima que ha alcanzado hasta este momento, 0,9553, significa que 1 euro ya vale sólo 0,9553 dólares.
¿Por qué está cayendo el Euro?
El tipo de cambio de una moneda es un veredicto sobre las expectativas económicas del país o región a la que pertenece esa moneda. Teniendo en cuenta que las expectativas de recuperación de la economía de la eurozona tras la pandemia del COVID-19 han sido sustituidas por previsiones de recesión, la devaluación del euro es fácil de entender.
Según el Banco Central Europeo (BCE), los grandes culpables de la devaluación de la moneda que ellos mismos controlan son los altos precios de la energía y la inflación récord. Con el inicio de la guerra en Ucrania, la pérdida de petróleo y gas ruso en el mercado occidental ha disparado los precios del crudo y del gas en las bolsas internacionales, inflando todo, desde los alimentos hasta las facturas de los servicios públicos.
Además de que la inflación de la eurozona se disparó al 9,1% en julio, también ha surgido la preocupación de que tengamos que racionar el gas natural para industrias como la siderúrgica, la vidriera y la agrícola si Rusia sigue recortando o cerrando el grifo del gas.
Teniendo en cuenta que las monedas cotizan unas frente a otras, lo que parece ser una historia del euro es, en muchos aspectos, también una historia del dólar. La excesiva dependencia del gas ruso por parte de las principales economías, como Alemania e Italia, significa que Europa depende mucho más del petróleo y el gas natural rusos para mantener la industria en funcionamiento y generar electricidad que Estados Unidos.
Este deterioro general de las expectativas de crecimiento en la eurozona, en un momento en que los precios de la energía están alcanzando máximos históricos, ha hecho que los economistas prevean una recesión mucho más rápida y dolorosa en la Eurozona que en Estados Unidos.
A esto hay que añadir la diferencia en los niveles de los tipos de interés en Estados Unidos y la zona euro. La Reserva Federal de EE.UU. (FED) ha sido más agresiva a la hora de subir los tipos de interés en su batalla contra la inflación. Mientras que la FED ha subido los tipos básicos en 300 puntos básicos en el periodo acumulado desde marzo, el Banco Central Europeo (BCE) sólo ha aplicado hasta ahora 125 puntos básicos de subidas.
A medida que la FED sube los tipos de interés, los tipos de rendimiento de las inversiones que devengan intereses también tienden a aumentar. Si la FED ha estado subiendo los tipos más que el BCE, es normal que los mayores rendimientos de los intereses en EE.UU. atraigan el dinero que está en euros a las inversiones denominadas en dólares. Esos inversores tendrán que vender euros y comprar dólares para adquirir esas participaciones. Esto hace que el euro baje y el dólar suba. En conclusión, si la moneda más demandada es la que ofrece mayor rentabilidad, es normal que el dólar se aprecie frente al euro.
Además de todo esto, el dólar estadounidense (USD) también se beneficia de su reputación como moneda de reserva. En medio de toda la incertidumbre y la preocupación que rodea a la economía mundial, los inversores se refugian en la supuesta «seguridad» que ofrece el dólar, ya que es una moneda que utilizan en grandes cantidades muchos gobiernos e instituciones, además de servir para fijar los precios de los bienes que se comercializan en el mercado mundial, como el petróleo, el oro, los inmuebles, etc.
En conclusión, el hecho de que la moneda única esté en su punto más bajo, no sólo se debe a la debilidad de la economía europea, sino también a la fortaleza del dólar que está en su punto más alto no sólo frente al euro, sino también frente a las monedas de sus principales socios comerciales.
¿Cuándo fue la última vez que el euro (EUR) valía lo mismo que el dólar (USD)?
A pesar de que los billetes y monedas en euros no entraron en circulación en doce países de la Unión Europea hasta el 1 de enero de 2002, tres años antes, el 1 de enero de 1999, el euro se lanzó como una moneda «invisible», utilizada únicamente para fines contables y pagos electrónicos.
Como puede verse en la imagen superior, la moneda europea desde su lanzamiento cotizaba a 1,1795 dólares. Sin embargo, poco después de su lanzamiento comenzó una larga caída, hasta alcanzar un mínimo histórico de 0,8230 dólares en octubre de 2000. Más tarde, en 2002, volvió a superar la paridad, y esa fue la última vez que el EUR se valoró por debajo de 1 USD, concretamente el 15 de julio de 2002, en un momento en que los gigantescos déficits comerciales y los escándalos financieros de Wall Street empezaron a pesar sobre el dólar.
¿Quién gana?
Para Estados Unidos, un dólar más fuerte significa que las empresas estadounidenses que importan productos europeos gastan menos en dólares en esos productos. Por lo tanto, la reducción de los precios de los bienes importados contribuirá a moderar la inflación.
Para los turistas estadounidenses que van a Europa, un euro débil es una bendición. Por ejemplo, con el EUR/USD por debajo de la paridad, estos turistas pueden teóricamente cambiar 1.000 $ por más de 1.000 €, en lugar de menos de 900 €, como ocurrió en febrero. En otras palabras, sus dólares valen hoy mucho más que antes.
En el caso europeo, en tiempos normales, una moneda débil sería una buena noticia para los exportadores y las economías centradas en la exportación, como Alemania por ejemplo, porque aumenta las exportaciones al ser más barata en dólares. Sin embargo, es poco probable que esos tiempos vuelvan debido a la interrupción de la cadena de suministro mundial, las sanciones y la guerra en Ucrania. En el momento actual de tensiones geopolíticas en todo el mundo, los beneficios de una moneda débil son menores a los inconvenientes.
¿Quién pierde?
Las empresas americanas que están muy expuestas en términos de negocios en Europa verán disminuir los ingresos de esos negocios cuando conviertan esas ganancias de vuelta a los Estados Unidos.
Una de las principales preocupaciones de EE.UU. es que un dólar más fuerte encarecerá los productos fabricados en EE.UU. en los mercados extranjeros, lo que aumentará el déficit comercial y reducirá la producción económica, al tiempo que dará a los productos extranjeros una ventaja de precio en Estados Unidos.
La caída del euro aumentará la carga de los hogares y las empresas en Europa, que ya sufren una inflación récord. Una moneda más débil encarece las importaciones, denominadas principalmente en dólares. Por ello, se presiona al BCE para que suba los tipos de interés con el fin de controlar la inflación; sin embargo, este aumento de los tipos provocará inevitablemente una ralentización del crecimiento económico, como indican las actuales proyecciones macroeconómicas.
¿Hasta dónde caerá el euro?
Mientras la Unión Europea trate de deshacerse del petróleo y el gas rusos, sin tener alternativas a medio/largo plazo, los costes energéticos seguirán subiendo. Y un aumento de la factura energética de importación es negativo para el euro. La industria alemana ha perdido el acceso a la energía rusa barata y, por tanto, ha perdido su ventaja competitiva.
En cuanto a las políticas monetarias, ante el riesgo inminente de recesión -y siendo el euro una moneda procíclica-, el BCE puede tener las manos atadas en su capacidad de amenazar con subidas de tipos más agresivas en defensa del euro.
Por parte de Estados Unidos, es ciertamente demasiado pronto para especular sobre algún tipo de acuerdo para debilitar el dólar. Es posible que el comité de la FED sólo cambie su opinión sobre los tipos de interés cuando se dé cuenta de que tiene la inflación bajo control. Esta reversión requeriría que la FED volviera a bajar los tipos de interés para debilitar el dólar y beneficiar la balanza comercial. Ahora bien, esto es algo que todavía podría tardar unos meses en producirse.
Así que si crees que el euro en la paridad es barato, piénsalo de nuevo.
No obstante, aunque las repercusiones a corto plazo de la actual crisis energética sigan siendo negativas para el EUR/USD, es probable que algunos de los riesgos europeos a medio plazo disminuyan a medida que la industria se oriente hacia otros combustibles.
¿Qué dicen los Bancos Centrales?
La comunidad que rodea al BCE sostiene que el movimiento a la baja del EUR/USD es injustificado. Y es que, la debilidad del euro y el aumento de los precios que ello conlleva, aumenta los retos para el BCE, que ha sido criticado por embarcarse en un ciclo de subidas de tipos de interés mucho más tarde que sus homólogos. Por este motivo, el euro se ha depreciado y éste ha sido uno de los factores que han llevado al Banco Central Europeo a anunciar una subida de 75 puntos básicos en su reunión de septiembre, la segunda consecutiva tras el aumento de 50 puntos básicos que ya se produjo en julio.
El inconveniente de estas medidas para controlar la inflación, que se están adoptando no sólo en la zona euro sino también en las principales economías mundiales, es que conducirán inevitablemente a una recesión mundial.
En los últimos años, los tipos de interés negativos o casi a cero y los consecutivos programas de compra de activos, los llamados programas de flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing), han creado una dependencia en la economía de los «estímulos» ofrecidos por los bancos centrales.
El aumento de la masa monetaria por parte de los bancos centrales es la causa de toda esta inflación que estamos viviendo. ¿Cómo se explica que el precio de la vivienda haya subido tanto en los últimos años? ¿O cómo fue posible ver nuevos máximos históricos en los mercados financieros incluso con una pandemia en marcha? Es el llamado «milagro del crédito».
El problema es que en un momento en el que es necesario subir los tipos de interés para controlar la inflación descontrolada, tenemos una economía totalmente endeudada que reaccionará muy mal a estas subidas de los tipos de interés. En otras palabras, todo indica que nos dirigimos a una recesión planetaria.
La única manera de evitarlo es que los Bancos Centrales dejen de subir los tipos de interés y vuelvan a activar la impresora para crear «dinero gratis». Algo que seguramente volverá a ocurrir en el futuro, la pregunta es: ¿Cuándo?
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